jueves, 25 de abril de 2013


ROSAS ROJAS

El leve sonido de un teléfono perfora su silencio.

La sangre brota entre sus pensamientos y los recuerdos de una soledad eterna.

- No acaba jamás. No acabará.-

Con el cuerpo de tristeza en sus manos, desgarra la amargura de su existencia, y por su cuerpo desembocan las raíces de pequeños afluentes de un río de lágrimas.

Y brotan rosas rojas entre sus brazos, que hunden sus espinas entre la desesperada y magullada piel que se ha cansado de existir. Una pequeña zona indefensa la mira con ojos de miedo... de súplica. Le mira y le dice cobarde. Le escupe las palabras que nunca pronunció, que nunca existieron.

Quiso acallarla. Quiso apagar su llanto y sus palabras.

Quiso perforar con los filos diamantinos de un recuerdo, el único llano en el que no nació vegetación. El único llano que apagaría sus días y la llevaría al mundo de sueños que siempre deseó...

Una pluma roza su rostro con la punta de los suaves filamentos de unas alas blancas. Los filos diamantinos se detienen, sin que pétalos muertos dejen de brotar de la grieta que ha rozado el bloque de hielo al instante, al momento...

Y la pluma se tiñe de un rojo oscuro. De color. Y con el extremo de su esquelética estructura, coloreó el agua de los ríos, arrancando los rosales...

Curando las espinas de mis rosas rojas.

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