martes, 9 de abril de 2013


LA PEQUEÑA PRINCIPITA  
"Para mi Pequeña Einstein"
Creo que tú,
al igual que El Principito,
también aprovechaste una migración
de pájaros silvestres
para evadirte.

"Dime dónde estabas cuando la ansiedad me ahogaba, cuando cada pensamiento provocaba arcadas y temblaba cada poro de mi piel sin nadie que me abrazara y me dijera: Tranquila todo irá bien"

Estaba evadiéndote entre pájaros silvestres, volando sin rumbo concreto; buscando climas más cálidos, donde poder aclarar los pensamientos que les atormentan.
Viajaste allá donde el dolor fluye, como afluentes de sangre por las venas de hielo de alguien inexistente, invisible...

Te ocultabas entre las ramas de los árboles, saltando de una en una como una fugitiva huyendo de un destino que nunca existió; como la pequeña Rue, buscado cobijo entre las sombras de los esbeltos troncos y las frondosas copas; como un pequeño pájaro que se ha cansado de volar entre la polución de una ciudad contaminada y abyecta.

Te levantabas cada día con las sábanas pegadas a la piel, la habitación a oscuras y al abrir la ventana, la luz te golpeaba en los ojos. Parpadeas varias veces y te acostumbras al tono de la calle, que te mira, desafiante y no te deja escapar.

Tienes las palabras de tu libro encerradas bajo llave, esperando que alguien encuentre la clave que consiga abrir el cerrojo para sacarlas a la luz.

Hay tantas preguntas sin respuesta...

¿Dónde estabas cuando te necesité? Cuando cada claro de Luna ahogaba mis pensamientos bajo una habitación astral, en la que solo habitaban monstruos y fantasmas del pasado.

Pesadillas opacas que tumban tempestades. Qué putada es esperar a alguien como tú durante tantos años y descubrir que estuvo tan cerca todo el tiempo... sin dejarse ver, casi translúcido a la luz del día, ocultando sus ojos marrones y su tez pálida.

Escondes el enigma de un tesoro, sí, un tesoro llamado lucidez. No solo te evades entre pájaros silvestres, sino que vuelas entre las alas de los ángeles, evitando acercarte mucho al cenit cielo para no sufrir quemaduras.

No sabes volar... pues tampoco aterrizaste en un punto concreto.

 "¿Viniste de una estrella, Pequeña Principita? ¿De dónde viniste?"

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