ROSAS ROJAS
El leve sonido de un teléfono perfora su silencio.
La sangre brota entre sus pensamientos y los recuerdos de
una soledad eterna.
- No acaba jamás. No acabará.-
Con el cuerpo de tristeza en sus manos, desgarra la amargura
de su existencia, y por su cuerpo desembocan las raíces de pequeños afluentes
de un río de lágrimas.
Y brotan rosas rojas entre sus brazos, que hunden sus
espinas entre la desesperada y magullada piel que se ha cansado de existir. Una
pequeña zona indefensa la mira con ojos de miedo... de súplica. Le mira y le
dice cobarde. Le escupe las palabras que nunca pronunció, que nunca existieron.
Quiso acallarla. Quiso apagar su llanto y sus palabras.
Quiso perforar con los filos diamantinos de un recuerdo, el
único llano en el que no nació vegetación. El único llano que apagaría sus días
y la llevaría al mundo de sueños que siempre deseó...
Una pluma roza su rostro con la punta de los suaves filamentos
de unas alas blancas. Los filos diamantinos se detienen, sin que pétalos
muertos dejen de brotar de la grieta que ha rozado el bloque de hielo al
instante, al momento...
Y la pluma se tiñe de un rojo oscuro. De color. Y con el
extremo de su esquelética estructura, coloreó el agua de los ríos, arrancando
los rosales...
Curando las espinas de mis rosas rojas.